¿Qué es la Unidad de Terapia Regenerativa Articular?
La Terapia Regenerativa Articular está especializada en la aplicación de tratamientos biológicos, para articulaciones, huesos, tendones, músculos y otros tejidos mediante abordajes mínimamente invasivos y guiados siempre por ecografía. Este tratamiento se realiza con un suero concentrado a base de los Factores de Crecimiento que se encuentran en el interior de uno de los tipos de células que hay en nuestra sangre; las plaquetas.
Los Factores de Crecimiento son un conjunto de proteínas que de forma natural se encuentran en el plasma sanguíneo y en el interior de las plaquetas. Desempeñan una importante función en la comunicación entre células y ejercen un gran número de efectos biológicos, de hecho, juegan un importante papel en los procesos de curación y regeneración de tejidos.
BENEFICIOS DEL TRATAMIENTO
¿Cómo funciona?
Mediante esta tecnología a partir de un mínimo volumen de sangre (30 ml) del paciente es posible aislar y concentrar este conjunto de proteínas, para aplicarlo terapéuticamente. Este plasma lo utilizamos para tratar lesiones de tendones, ligamentos y cartílago infiltrándolo en el sitio de la lesión. Estos factores son proteínas con capacidad de estimular la diferenciación y multiplicación celular y promover la curación de un tejido dañado (ya sea tendón, ligamento o piel).
El proceso se hace de manera ambulante y dura en total en torno a 45 minutos. Primero el personal de enfermería saca la sangre y se prepara hasta el suero para el tratamiento. En la siguiente media hora, debemos realizarte la infiltración. Siempre preparamos un ambiente estéril y realizamos un estudio de ecografía previo, durante y en el seguimiento de todos nuestros pacientes para comprobar la eficacia terapéutica y depositar el suero en el sitio preciso.
¿Qué lesiones podemos tratar con la terapia regenerativa articular?
Mediante las filtraciones podemos tratar las siguiente serie de patologías:
Tendinopatía del supraespinoso:
En los casos de tendinopatía del supraespinoso el tratamiento ha demostrado altos grados de satisfacción en los pacientes a corto y medio plazo. Se nota una mejoría muy temprana, probablemente por el efecto anti-inflamatorio del suero.
Tendinitis calcificante de hombro:
Se asocia este tratamiento a aquellos pacientes con calcificaciones intratendinosas tras el lavado de las mismas para regenerar más rápidamente las fibras que estaban dañadas.
Dolor de espalda:
En los casos de rizartrosis que condiciona importante dolor lumbar no ciático introducimos siempre guiado por técnicas de imagen a nivel intraarticular consiguiendo en nuestra experiencia una mejoría muy temprana, probablemente por el efecto anti-inflamatorio del suero y probable regeneración más tardía de la articulación afecta.
Fascitis plantar:
Al igual que en el caso del Aquiles asociando tenotomías de la inserción de la fascia plantar bajo visión con ecografía con muy buenos resultados en casos crónicos (de más de 4 meses). El dolor mejora a partir de los 10 días, reduciendo además la probabilidad de que vuelva a aparecer.
Tendinitis rotuliana:
Se ha demostrado una mejoría de los síntomas y calidad del tendón en comparación con los ejercicios excéntricos aislados. Es una de las mejores indicaciones, en las que ponemos una o dos infiltraciones.
Epicondilitis o codo de tenista:
Es la lesión dónde este tratamiento ha demostrado los mejores resultados al compararlos con otras terapias como los corticoides. Con una infiltración suele ser suficiente para mejorar aquellos casos que llevan más de 6 meses con dolor a diario.
Tendinopatía Aquilea:
En este caso el tratamiento aislado (sin otro tratamiento) no suele ser suficiente para tratar las lesiones de este potente tendón (es el tendón más grueso del cuerpo). Es por ello que lo asociamos a otras técnicas como la tenotomía percutánea con agujas guiadas por ecografía y la liberación con alta volumen de suero de las adherencias. La combinación de las tres terapias es muy efectiva para casos de tendinopatías crónicas, incluso en casos previamente operados por roturas.
Condromalacia rotuliana y artrosis de rodilla:
El tratamiento médico de la condromalacia rotuliana y de la artrosis de rodilla tiene como objetivo el control de los síntomas y ralentizar la evolución de la enfermedad. Los tratamientos convencionales existentes para la artrosis a día de hoy consisten en: analgésicos y antiinflamatorios no esteroideos, protectores del cartílago e infiltraciones. Este tratamiento surge como una alternativa eficaz a otros más convencionales. Su aplicación, en el caso de la artrosis, puede frenar el avance de la enfermedad y reducir el dolor y la inflamación, mejorando la movilidad del paciente, y sin efectos secundarios reportados.
