No son imprescindibles pero son muy beneficiosas a condición de que sean bien elegidas hasta la raíz del muslo. Para que sean bien toleradas hay que colocárselas con las piernas deshinchadas. Son especialmente aconsejables durante las horas de trabajo sobre todo en aquellos que exigen estancias prolongadas de pie (profesores, peluqueros, camareros, cocinero) o sentados. Deben ser recambiadas cuando tienen 2 ó 3 meses de uso.